Esta semana vimos en redes sociales una discusión sobre la relación entre el salario mínimo y los gansitos, dicha relación intentaba hacer una relación negativa hacia el poder de compra, es decir, intentaba contextualizar que a pesar de haber aumentado el salario mínimo, te alcanzaba para consumir menos que antes. Esta relación si bien de manera matemática muestra una razón de cambio menor, en términos de economía nacional no indica nada.

Cuando se habla de una disminución en el poder de compra, es porque se asocia con algunos puntos, el primero es la inflación, la cual para el caso mexicano se da a partir del aumento de mas de 200 productos que tengan una necesidad primaria en la población. Otra asociación se da en términos de canasta básica, la cual esta integrada por mas de 40 productos, siendo estos indispensables en la dieta de todo mexicano, y donde si hay alguna alteración, si hay un efecto directo en la calidad de vida de una familia, en este caso el gansito no esta considerado en la canasta básica, por lo cual, el que suba o baje no afecta en la calidad de vida de las personas ya que su aumento se puede deber a factores externos a la economía.

Lo que si se puede hacer es manejar el gansito como medida referencial de paridad poder de compra, es decir, evaluar el precio del gansito en diferentes países y ver con cuanto te alcanza para comprarlo con base en la moneda de cada uno tomando un carácter idéntico al del índice Big Mac. En este caso, dado que el gansito no se comercializa en muchos países, no se vuelve relevante, por lo cual, no es buen parámetro para explicar nada que vaya más allá de su propia naturaleza.

En cuanto al salario mínimo, su estructura y naturaleza es formativa, este surge con la finalidad de ir disminuyendo la explotación laboral del siglo XIX, y poco a poco se fue introduciendo en diversos países sirviendo como límite inferior posible de salario, actualmente no se toma como medida de composición salarial, dicho de otra forma, no nos pagan en términos de salarios mínimos, por lo cual su aumento o disminución solo nos sirve como limite inferior posible, sin embargo, tiene una posible ventaja sobre la disminución en la desigualdad en los países, esto siempre y cuando se haga a la par en el aumento de la producción.

México en lo que va de los últimos 4 años ha tenido un aumento exponencial en este limite inferior, pero esta medida no obedece a cuestiones políticas, laborales o de producción, el aumento real se da en el marco de las negociaciones del T-MEC, ya que uno de los puntos que más se demandaban y fue motivo de la renegociación, fueron los costos del mercado laboral, donde el país mostraba una clara ventaja sobre los Estados Unidos y Canadá en el precio de la mano de obra, lo que ocasionaba que las empresas se empezaran a establecer más en México que en otro lado, por lo que ciertas ciudades industriales como Detroit empezaron a sufrir consecuencias laborales, siendo esta la bandera de Trump para la clase obrera del vecino del norte en su campaña presidencial.

Al finalizar la negociación del tratado se acordó el aumento paulatino en el salario mínimo para todo el territorio que involucrara el tratado, buscando una homogenización en el salario entre los tres países, esto en función del nivel de precios de cada uno, por lo cual, en términos nominales no sería igual, pero en términos reales, tenderán a ser similares.