Enero 16, 2023 21:25 hrs.
Economía ›
Por: Edgar Sandoval Pérez › Infover Noticias
La semana pasada causó mucho revuelo el hecho de que el dólar se cotizara en 18.8 pesos, siendo la paridad mas baja desde el 2012. Este hecho fue aplaudido por muchas personas, sobre todo, políticos que argumentan este hecho como algo positivo y como obra de la administración publica de manera general, sin embargo, esto no necesariamente significa algo bueno.
Primero debemos contextualizar que el hecho de que una moneda suba o baje su valor se debe al tipo de cambio. En México contamos con un tipo de cambio flexible, lo que quiere decir que el valor de la moneda está sujeto a la oferta y demanda. Por ejemplo, pensemos llegan muchas empresas extranjeras con dólares, los cuales se tendrán que convertir en pesos mediante la compra de estos, originándose una apreciación del peso debido a la demanda que se generó, provocando que el dólar se empiece a depreciar dado que hay mucha oferta de estos.
La parte importante es como se generan los desplazamientos en la oferta y demanda de divisas, lo que se traduce en nuevos puntos de equilibrios que son los nuevos precios o paridades. Estos cambios se dan normalmente por efectos externos como declaraciones políticas ( las dadas en la reunión de lideres de América del norte, donde México salió muy beneficiado), mediante los movimientos en las reservas internacionales y, otro aspecto, que en este caso es el mas acertado, son los factores internacionales, de manera puntual, el alza en las tasas de interés de la FED, las cuales buscan controlar la inflación en los EU, dicho de otra forma, al subir las tasas de interés, la economía se desacelera y aunado a una alta inflación, los dólares dejan de ser atractivos, por lo cual, se cambian a monedas donde establezcan algún tipo de inversión mas rentable, al menos en un aspecto especulativo.
Las interrogantes que surgen son si esto afecta o beneficia a la economía mexicana, y sobre todo, como los ciudadanos vemos este efecto. El primero es de orden positivo, donde las importaciones son las que se ven beneficiadas dado que bajaran los precios de todo producto que se compre en dólares, y esto significaría ya sea la posibilidad de adquirir un mayor volumen de productos o tener un mayor margen de utilidad.
Dentro del negativo tenemos dos vertientes, el primero, en el lado de las exportaciones, ya que ahora obtendrás menos dinero por los productos que se vendan en dólares, agregando el hecho de que tenemos una inflación alta, un aumento en el salario mínimo, traduciéndose en compra de insumos y mano de obra con un mayor precio, así como la venta de productos finales mas baratos, disminuyendo significativamente los márgenes de ingreso para los empresarios, los cuales tendrán que ajustar precios generando más inflación. El segundo, son las remesas, ahora el dinero que mandaran alcanzará para menos bienes y servicios, lo cual tendría un efecto en la disminución de los niveles de producción, Sin embargo, todos estos efectos, solo se verían en el mediano plazo.
Ojo, esto no quiere decir que sea algo malo, o que es mejor que el dólar se aprecie, lo que quiere decir, es que no todo es positivo, y que lo realmente importante en esto, son las políticas que diseñe y aplique el gobierno buscando capitalizar el escenario internacional.
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